Carlos E. Vallejo.
Pabellón de deportes de la Comunidad de Madrid, siete de la tarde, la expectación es máxima ante el mejor mago del Mundo, David Copperfield.
Nos esperan los mejores trucos de la historia, levitaciones, desapariciones y todo lo imposible para el ojo humano.
La actuación supera con creces las expectativas. Inició unos trucos personalistas, con una cámara en primer plano, donde la realidad se transforma en ilusión y el truco no tiene visión.
Llegó el turno de las desapariciones, donde escogió de forma aleatoria a sus ayudantes de entre el público. Con la casualidad que el elegido fue Jesus de Polanco, presidente del todo poderoso Grupo Prisa.
Sus guardaespaldas, se levantaron de un brinco, con la intención de evitar la salida del poderoso al escenario.
Con un chasquido de dedos, los “dobermans ” volvieron a su sitio.
El poderoso salió, la falta de costumbre, le impidió la naturalidad en la interacción. Cuando siempre se manda, obedecer a unas sencillas pautas, es difícil, si además vienen cargadas de la ironía de un americano, que carece del total desconocimiento que el señor gordito, bonachón, es uno de los mayores hijos de puta que España ha parido.
Cuando el sátrapa, llevaba poco más de 4 minutos haciendo el completo ridículo, el audio comenzó a fallar, lo que provocó que el esporádico volviese a su reino de mierda, donde sumisión y prepotencia eran su corona.
La anécdota no trascendió. Todos se fijaron en el esperpento, pero no en la belleza.
Sentada al lado de él, se encontraba una dama impresionante, con unos rasgos perfectos y una mirada brutal.
Nunca supe su nombre. Era la amante de Polanco.
Formada, independiente. Dotada de múltiples virtudes, nadie entendía el por qué era la marioneta de la basura.
Además de fichar por horas. Llevaba una vida normal para su edad. Estaba cursando un máster en administración de empresas.
Tenía un imán para los hombres. Una conversación abierta, normal y fresca, donde con tan solo 20 minutos se convertía en la mujer de tu vida.
Alternaba dos relaciones alternas, la de Curro y la de Nacho, ambos felizmente casados y completamente enamorados de ella.
Nacho llevaba más de 15 años casado, con cuatro hijos. En cambio Curro, ajenas llevaba poco más de un año de matrimonio.
Ambos la conocieron en el mismo entorno, el club de campo de Madrid, donde los domingos, se organizan concursos de saltos hípicos. Después del evento,se da un aperitivo que termina en una agradable tertulia, donde la pudiente burguesía que se permite poseer un caballo, para que sus cachorros aprendan las artes ecuestres.
Ella es una amazona de pro, desde su juventud. Trabajó muchos años de profesora de niños, donde los padres babeaban durante las clases.
Nacho la ama con locura, cuando se enteró que también tonteaba con curro, no se lo ocurrió mejor desatino que llamar a la mujer de este y desvelarle el “affaire” de su marido.
La despechada y ofendida, respondió con la misma moneda, desvelando los amores de Curro a su mujer. Dos matrimonios rotos y un intento de suicidio de Nacho.
Rompecorazones sigue en su línea. No se considera culpable, ya que son ellos los que la celan continuamente.
Ella ni hace ni busca. Solo ella, junto a su machirulo de Prisa al que veló en su muerte.
Todos la vieron en el tanatorio.Espectacular como siempre. Discreta en una esquina, presentaba su respeto por el fallecido.
Muchos dijeron, que la vieron entrar en el coche oficial del Presidente del Gobierno en el cementerio.
Que tiene la rompecorazones que a todos desespera