Los penitentes
Carlos E. Vallejo. Fue un “pum” bestial y de repente la nada. Todos mis sentidos fueron eliminados. No sentía nada, solo veía mi inerte cuerpo desde una proyección superior, donde me iba alejando. Me iba dirigiendo a una oscuridad de espíritu que recordaba al inicio de mi vida en el nacimiento. Una sensación nueva que …