Hoy nos ha dejado el director de cine Bigas Luna. Aunque no he tenido la oportunidad de ver toda su filmografía, sobre todo las primeras películas de su carrera.
Es uno de los grande valores de la creatividad española, capaz de contar historias de una manera diferente y única. Es una mezcla de realismo urbano, con una visión cruda de la realidad, que no deja indiferente a nadie. Empleaba el sexo como lo que es, un impulso básico del ser humano que nace sin tabúes, ni puritanismo. Algo que siempre escandaliza a la “clericalla” que no aceptan que no somos más que animalitos que nos tenemos que satisfacer, apareándonos.
Su obra me recuerda mucho a Tarantino. En el sentido de que cuando te sientas a ver una peli suya, siempre te va sorprender. El ritmo es diferente, son historias frescas como la vida misma, reflejan a nuestra sociedad de forma meridiana. Y en definitiva que es el cine; historias de nuestra vida. Deben ser creíbles, reflejando la realidad que nos toca vivir. Y aquí Bigas Luna era un maestro.
Pocos quedan que se le asemejen. Quizás Alex de la Iglesia, de vez en cuando hace algo parecido.
Bueno compañero, que nunca te conocí. Solo tuve la ocasión de admirar tu cine. Que te vaya bonito allí arriba.