La ventana indiscreta

El Blog de Carlos Vallejo

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Safari en Hoedspruit Sudáfrica

Paisaje africano

Yo no soy cazador, pero ante un viaje regalado por mi compañero, me dispuse a disfrutar de unos días de asueto por Sudáfrica. Como dice el refrán; “a caballo regalado, no le mires el diente”.

21 de Julio

Llegamos al aeropuerto de Phalaborwa, que se encuentra a una hora de camino de nuestro destino. Hoedspruit se encuentra al nordeste de Sudáfrica, lindando con el Parque Nacional Kruger.

En el aeropuerto nos estaban esperando Ivonne y Cristiane. Ivonne es la mujer de Rocco, el cazador profesional y dueño de Roc Safaris la finca donde mi compañero iba a cazar.

Al llegar al “Lodge”, un conjunto de negritas, uniformadas al estilo de “lo que el viento se llevó”, nos dedicaron una grata canción de bienvenida.

Bienvenida

Mi compañero es un fumador crónico, que no recibió de buen agrado la orden de Ivonne de que estaba prohibido fumar en las habitaciones. Cuando la anfitriona observo que mi compañero no se tomaba en serio la prohibición, empezó a chillar de muy malas maneras, que estaba prohibido y penado por el gobierno sudafricano.

Yo pensé para mis adentros, pobre desgraciada, si va a fumar, ya se lo prohíba el mismisimo “Papa”.

Nos fuimos a nuestras habitaciones, que son unas cabañas a 1 kilómetro del Resort principal. La decoración es de estilo étnico africano muy logrado y bastante confortable.

Habitacion de mi compañero

No tuvimos tiempo apenas para tomar una ducha, ya que la cena es a las 19. Horas.

La calidad de la comida durante toda nuestra estancia fue óptima.
Después de la cena, nos fuimos a descansar a nuestras habitaciones, ya que después de 18 horas de viaje, nos encontrábamos bastante cansados y la jornada de caza del día siguiente comenzaba a las 6 de la mañana.

Búfalo

Búfalo abatido

Cargando Búfalo


22 de Julio.
Nos encontramos en invierno, con lo que por las mañanas debe ir bastante abrigado, ya que nos movemos por la finca en un 4×4 totalmente descapotado.

Nuestro objetivo de caza era el búfalo, uno de los cinco grandes que existen en África para un cazador. El resto son: Leopardo, león, elefante y rinoceronte.

Rocco puntual a nuestra cita, primero nos hace una presentación de la finca, que esta compuesta de dos partes; la primera de 1.000 hectáreas, donde se encuentra en el logde, esta dedicada a los safaris fotográficos y no esta permitida la caza. La otra esta separada por la carretera nacional, tiene 3.000 hectáreas y va a ser nuestra zona de operaciones.

Cuando nos dirigimos hacia a ella, durante el camino pudimos observar, cebras, facocheros, impalas y jirafas. Mi cámara fotográfica ya estaba quemada de tanto disparo.

Rocco estuvo observando huellas de búfalos. Estuvimos recorriendo varios rastros entre senderos hasta la hora del desayuno a las 9 de la mañana.

En el “Resort” principal es donde se encuentra el comedor y en una casa conjunta el bar. El desayuno es un “buffet” espectacular compuesto de alimentos fríos y calientas de primera calidad. Se asemeja más a una comida, por la ingente cantidad de alimentos, pero hasta las siete no hay más alimentación.

Resort

Con la panza muy llena, nos fuimos a relajarnos a tomar el sol en unas hamacas junto a la piscina.

Nuestra sesión del día continúo con unos ejercicios de tiro para que mi compañero se hiciese al funcionamiento de los rifles de Rocco.

Al principio no le daba ni a la diana, pero poco a poco fue adquiriendo una mayor habilidad con el arma.

Continuamos pisteando al búfalo toda la tarde. Eran las seis de la tarde y quedaba muy poco tiempo de luz.

Parecía que el día de caza estaba concluido, cuando nos dispusimos a subir el pecho de una colina, Rocco paró el 4×4 de una gran frenada.

Nos indicó silencio, que acababa de ver una manada de búfalos pastando al otro lado de la colina.

Nos bajamos del vehiculo, siguiéndole con bastante sigilo, cuando observamos a unos 15 búfalos pastando en una enorme prado.

De primeras, no se percataban de nuestra presencia. Nervios, ruido, para preparar el tiro. Entonces uno de los búfalos, notó la presencia de su depredador, alejándose de la manada.

Rocco nos indicó el mejor ejemplar, que se quedó estático mirándonos fijamente. Mi compañero disparó el primer tiro. La inercia del ruido hizo que toda la manada saliese en estampida. Rocco salió corriendo detrás de ellos y nos indicó que siempre nos colocásemos en su espalda. Se oyeron mugidos de dolor. Apareció un búfalo que nos plantaba cara, desafiándonos. Nos creíamos que le habíamos herido, pero pronto pudimos comprobar que nuestro ejemplar yacía en  suelo agonizando.

El búfalo es el animal más peligroso de África y son frecuentes los accidentes en la caza, con desenlaces desastrosos. El segundo búfalo continuaba plantándonos cara. Rocco con el fusil preparado, no le quitaba ojo, en espera de un arranque hacia nosotros. Poco a poco fue abandonando el prado, dejando a su compañero malherido y agonizando una muerte segura.

Mi compañero le disparó un segundo tiro de gracia. Y hay estábamos, a pocas horas del comienzo de nuestro safari con la primera presa cazada.

Ya era noche avanzada, Rooco llamó por radio a refuerzos para que recogiesen a al animal.

Todo era alegría y enhorabuenas a mi compañero, por haber abatido a su primer trofeo de los cinco grandes.

En la cena las negritas del servicio, escenificaron una danza africana muy graciosa, en la que cantaban:
“He got one búfalo
He got one búfalo”

Al final de la misma, mi compañero brindó con una copa de licor africano.

Comedor

Nos dormimos entusiasmados por la hazaña, pero un poco desorientados, ya que este adelanto de planes no estaba previsto.

¿Que íbamos a hacer el resto de días de Caza? Mi compañero tan solo tenía pensado cazar algún facochero que otro, pero nos quedaban 9 días de caza todavía.

22 de Julio
Retrasamos media hora nuestra levantada. A las 6.30 AM, como un reloj, Rocco nos estaba recogiendo.

Los amaneceres en África son espectaculares. La luz es perfecta para hacer las mejores fotografías de animales y paisajes, con lo que no perdí el tiempo durante la estancia.

Mi compañero había hablado con Rocco, estableciendo un nuevo orden de prioridades: hipopótamo, facocheros e impalas.

Por la mañana dimos diferentes vueltas en el 4×4 por los caminos de la finca. Al cabo de una hora apareció a la izquierda del camino, nuestro primer facochero. Estaría parado y a unos 20 metros de distancia. Más “a huevo” imposible. Mi compañero rápidamente se encaramó el rifle, fallando lo que era un blanco seguro, se volvió a parar a unos 150 metros, volviendo a disparar con igual resultado.

Continuamos hasta las 10 de la mañana, sin ver nada especial.

En el intervalo que va después del desayuno hasta la jornada de caza por la tarde, decidimos ir a l pueblo de Hoed Sprue, que se encuentra a 30 kilometrtos de nuestro “logde”.

Es un pueblo minúsculo, con un mini centro comercial compuesto por una decena de tiendas. Nos llevó Lumari, una empleada del “resort”, bastante tímida, que poco a poco se iría abriendo.

Mi compañero se encargó una pulsera de pelo de elefante, con eslabones de los cinco grandes de África. Yo me decanté por los puestos callejeros de los negros, que tenían artesanía local a muy buen precio.

Ya de vuelta a la finca, la tarde fue tremendamente aburrida, vueltas y más vueltas en el 4×4, sin ver un triste bicho al que tirar.

Era la última cena de unos daneses que se hospedaban en el “Resort” junto a nosotros, con lo que la organización les homenajeo con una cena al aire libre, estilo barbacoa. Digo estilo, porque la puesta en escena así lo parecía, pero las brasas y el fuego eran elementos decorativos, ya que era un buffet de pollo, más salchichas de impala con varias ensaladas.

Mi compañero, experto en safaris, se llevó una gran desilusión al comprobar que todo era un decorado para los turistas, ya que la barbacoa brilló por su ausencia.

23 de Julio
La mañana ha comenzado malamente, el hijo de Rocco, Leonardo, que había quedado en recogernos a las 6.30 AM, se ha quedado dormido y no aparece.

Son las 7.15, sin noticias del chaval, con lo que decidimos ir andando a la casa principal. Allí nos recibe Lumari con gran desconcierto por la ausencia de nuestro guía. Al cabo de media hora aparece Leonardo, con cara de sueño, disculpándose por su retraso.

La mañana ya esta casi arruinada. El zagal nos promete que nos va a llevar a abatir a un “water buck” que lo tiene localizado.

Pronto llegamos, siendo ciertas las palabras de nuestro guía. Mi compañero dispara un tiro largo de unos 300 metros. Nos dirigimos al lugar del lance observando un rastro de sangre. Le seguimos la pista pero la presa no aparece. Al cabo del rato, nos dice que nos llevará a desayunar y que él junto a los pisteadores locales, nos asegura en un 100% que cobrará la pieza.

Después de habernos puesto “marranos” en el desayuno, nos fuimos a tomar el sol a las hamacas.

Durante la jornada de caza de la tarde, empleamos la técnica de la “charca”, es como una espera de jabalíes en España. Te camuflas con unas cañas, en espera de que los facocheros se aproximen a beber.

Estuvimos dos horas y media de espera, sin ningún fruto. Rocco decidió cambiarnos de charca. La segunda era mucho más bonita y despejada. Al cabo de media hora, nos entró un facochero por nuestra izquierda. Avanzaba hasta quedarse estático, a unos 100 metros de nuestra posición.

La estampa me recordó bastante, al momento de la película del cazador de Robert de Niro, donde el ciervo se muestra en su máximo esplendor, pero en este caso como es obvio, en versión facochero.

Faco

Creo que otra vez la precipitación de mi compañero, volvió a ganar la batalla, errando el tiro. Fui un tiro demasiado temprano, sin reflexión, donde la ansiedad devolvió la vida al fracochero.

A partir de este lance, la tarde fue insoportable, vueltas y más vueltas en el 4×4, sin ver absolutamente nada.

Mi compañero, bastante predispuesto a la negatividad, no paraba de farfullar, la poca caza que había en la finca.

A toda esta situación le sumamos que Leonardo, no había encontrado el “Water Buck” de la mañana.

Ya camino de la casa, en el camino, aparece un facochero impresionante. Le digo a mi compañero que no se precipite, que apunte con fundamento. Toma mis indicaciones y tarda bastante en disparar. El faco esta inmóvil a unos 30 metros.

La mala fortuna acompaña a mi compañero, en esta jornada de caza, errando nuevamente el tiro. Facos 3, Compañero 0.

En la lucha psicológica por si hay o no caza en la finca. Rocco se toma un respiro, se ha medio salvado la tarde. Ha disparado dos facos en 6 horas.

Los daneses ya se fueron. Con lo que la cena ha pasado del buffet  habitual a lentejas, es decir si quieres lo tomas o sino lo dejas.
Después de la cena, nos fuimos para cazar el hipopotamo. La técnica utilizada por estos lares, es la del “faroleo”. Por la noche cerca del río, Rocco con un faro va iluminando el cañaveral de la orilla en busca del animal.

La temperatura ha bajado bastante. Estuvimos dos horas y media buscando, pero no vimos nada.

24 de Julio
Retrasamos el desayuno a las 9, ya que la noche anterior, nos habíamos acostado bastante tarde.

El día comenzó con una práctica de tiro, donde me estrené como tirador. No había tocado un rifle en toda mi vida. En honor de la verdad, lo hice bastante bien, de los tres tiros, dos estuvieron muy cerca del centro de la diana y el tercero un poco desviado.

Leonardo vino a nuestro encontró. Nos comentó que acababa de ver una una piara de facoheros. Nos fuimos a su encuentro. Yo dispare a unos 200 metros, errando. Mi compañero hizo lo propio.

El día estaba siendo muy caluroso, sobre unos 33 grados. Decidimos irnos de espera a una charca. Al poco rato, apareció una nueva piara de marranos. Mi compañero hirió a un facochero que huyó del lugar despavorido. Junto con Leonardo le seguimos el rastro de sangre, pero a pesar de que llegaron los pisteadores, no conseguimos encontrar al animal.

Mi compañero efectuó un segundo dispara ante una nueva presa, abatiendo por fin, a su primer facochero.

Faco abatido

La charca estaba siendo productiva, pero el enorme alboroto que crea el ruido que emite un rifle, nos hicieron cambiar nuestra técnica de caza, el resto de la tarde.

Desde las 16.30 hasta las 19 horas estuvimos en el 4×4 dando vueltas, sin ningún resultado destacable. Otra vez el aburrimiento y la desidia habían invadido la jornada.

25 de Julio
Hoy es el cumpleaños de mi compañero. El desayuno, como siempre, espectacular.
50 años cumple mi compañero, toda una vida. Ya puede decir frases como; “hace treinta años me acuerdo de….”

También puedes ver claramente, el horizonte de lo que te queda de vida, seguramente, menos de lo ya vivido.

Rocco ha sacado una botella de champaña para celebrarlo. Hemos conversado amigablemente de la vida y de los años pasados.

Hoy  hemos decidido ir directamente a la charca. Al cabo de una hora ha aparecido el primer faco. Mi compañero esta vez, juicioso, ha esperado a tener un blanco óptimo. El disparó fue certero. El animal dio una gran voltereta sobre si mismo, quedando mal herido. El increíble instinto de supervivencia de estos animales hace que el marrano con las entrañas por fuera del cuerpo, intente la huida de una muerte segura. Tras dos disparos más, conseguimos la presa.

Más tarde entraron dos piaras más, pero el cambio del viento, en nuestra contra, hizo que nos olieran para abandonar la charca.

Por último aparecieron 4 machos de gran tamaño. Mi compañero esperó en demasía, recreándose en el disparo perfecto. Los animales abandonaron el lugar.

Leonardo nos ha comentado que si nos dábamos unas vueltas en el 4×4, ya que el viento lo teníamos de cara. Yo estaba seguro que este cambio de planes, iba a ser fruto del aburrimiento habitual, pero como soy un mandado accedí.

Aproveche el viaje para charlar con Leonardo. La conversación fue muy agradable, pudiendo constatar el gran problema de convivencia que tiene este joven país con una mayoría negra, frente a una  minoría blanca.

Efectivamente nuestro recorrido en 4×4 fue un tedio absoluto, provocando nuestra vuelta a la charca.

Cuando quedaban pocos minutos de luz natural, parecieron 3 rinocerontes en la charca, el macho, la hembra con la cría. Aproveche para hacer un pequeño reportaje fotográfico.

26 de Julio.
Hoy hemos visitado el Parque Nacional Kruger. Mi idea del mismo, estaba completamente equivocada. Es un parque inmenso, la extensión puede superar a la provincia de Extremadura. Aquí el factor suerte es determinante para poder ver animales.

En la entrada, se encuentra la tienda de recuerdos, donde realizamos algunas compras. El paisaje es increíble. África en su estado más puro. A media mañana hemos encontrado una manada de elefantes en una gran charca. También divisamos a un leopardo en una rama de una acacia. Con lo que en el apartado de animales, creo que hemos visto todos.

27 de Julio
Hoy ha sido un día bastante frustrante en lo que a caza se refiere. Por la mañana hemos ido en el 4×4, sin divisar nada. Por la tarde en la charca, mi compañero ha errado a un faco, sin que apareciese nada digno de mención.
La situación esta complicada, mi compañero se aburre como una ostra. Ha tenido una conversación con Rocco, en la que le ha sugerido que cambiemos de finca, por alguna de los alrededores donde haya facos para cazar. Parece que Rocco ha accedido.

28 de Julio
Esta mañana hemos vuelto a madrugar. A las 6.00 estábamos en pie, esperando que Reyn, nuestro guía y una gran persona, nos lleve a una nueva finca situada a unos 100 kilómetros de distancia.

El viaje ha sido una pesadilla. Me ha tocado sentarme detrás en la parte descubierta del 4×4. El frío y el viento hacen imposible permanecer sentado, con lo que al cabo de unos minutos, opte por ir sentado en el suelo de la camioneta, dándole la espalda al viento. El negrito pistero que nos acompaña “Elvis”, pronto imito mi posición.

Nos estaba esperando “Jury”, en una finca que era explotada por una compañía para la cría de animales y su posterior repoblación en fincas colindantes.

Fuimos a unos comederos que tenían preparados. Apareció una manada de “Elands”, que no íbamos a tirar. Nuestro objetivo seguían siendo los facos e impalas.

Al cabo de la hora y media, decidieron cambiar nuestro emplazamiento para dar vueltas por los caminos de la finca.

Hoy he sido testigo de varios escenarios, que ponen de manifiesto que el “aparheid” continúa en esta región en su pleno esplendor.

Por la mañana, mi compañero tiró una colilla al suelo, que fue recogida por “Elvis” para darle las tres últimas caladas. Nos quedamos anonadados y a partir de ese momento, mi compañero siempre le ofrecía un cigarrillo a “Elvis”, e incluso le compró un paquete al final de la jornada.

Cuando hicimos un parón para desayunar nuestro picnic. Reyn montó las viandas encima del capo del 4×4. Le ofreció a “Jury”, pero nuestro pobre “Elvis” cogió una bolsa de basura, junto con una botella de plástico reutilizada de agua para irse a la parte de atrás del coche para desayunar solo tirado en el suelo. Lo realizó con sumisión, sabiendo que nunca sería invitado a compartir el desayuno con los blancos.

La jornada de caza continuo en esta finca, siendo un absoluto fracaso. Mi compañero no tuvo el chance de disparar.

Cansados y aburridos, nos fuimos al pueblo más cercano a tomar un café.

Por la tarde fuimos a otra finca, con la sorpresa de que se trataba de una explotación de naranjos en invernadero. No sé que clase de chanchullo había apalabrado Rocco, pero Reyn nos comento, que al no cazar nadie en la misma, estaba plagada de facos.

Finca de naranjos

Nos quedaríamos siempre con las ganas de saberlo, ya que Reyn no coordinó bien la hora con el responsable y no había nadie para guiarnos.

De vuelta a nuestras habitaciones, mi compañero tenia un enfado increible, la santa madre de Rocco, fue mentada en varias ocasiones, ya que fue nuestro peor día de caza.

Como de costumbre a la 19.00 horas fuimos al logde para disfrutar de la cena.

Yo siempre iba antes al bar, que es donde se encontraba mi portátil, para poder chequear mis correos electrónicos.

Mi compañero que se encontraba en la entrada del bar, le explicó a Rocco el desastre de día de caza, pidiéndole si era posible conseguir un certificado oficial sobre las pulgadas de los cuernos del búfalo.

Conviene señalar a mis lectores, que los animales de caza en África, dependiendo de las pulgadas de los cuernos, se paga más o menos. Es como un signo de calidad del trofeo.

Rocco ante la pregunta de mi compañero, perdió los papeles por completo. Empezó a emitir unos alaridos enloquecidos, que al principio me asuste, creí que había sucedido alguna desgracia. Pero no, eran reproches hacía mi compañero.
Le decía lo siguiente:
–    ¡!!He tenido muchísima paciencia contigo!! !!Y la paciencia tiene un límite!!
–    Tú no sales de esta finca, sin haberme pagado el búfalo.

Mi compañero ante las amenazas, le comento que hablase con Gonzalo, que es representante de la organización de de caza que había contratado el safari.

El coste del safari ha sido bastante caro, cosa normal en este tipo de viaje, ya que cazar en África es un lujo que se paga.

La finca de Rocco había demostrado enormes carencias, en  lo que se refiere a facos e impalas, convirtiendo nuestra estancia en un tedio absoluto.

Si bien es cierto que a mi compañero, le pierden las formas de transmitir su descontento respecto a la falta de caza. El desprecio y los malos comentarios son su tónica habitual. Razón por la cual Rocco estalló.

Pero el fondo es obvio y notorio. Aquí no hay facos ni impalas. Máxime cuando mi compañero ha estado en diferentes safaris como el de Zander Osmer, donde no paraba de abatir piezas. Todos los días disparaba unos cien tiros.
Aunque las comparaciones siempre son odiosas, deja en muy mal lugar a Roc Safaris.

Mi compañero trasladó las amenazas de Rocco a Gonzalo y este llamó al susodicho para aclarar el tema.

Durante la cena, Rocco se nos presentó para pedirnos disculpas por el incidente ocurrido. Pero ya era tarde. A mi compañero le pudieron perder las formas, pero la reacción de Rocco no es propia de un profesional que esta regentando un logde de lujo.

29 de julio
Mi compañero se ha levando de mal cuerpo, debido al lamentable incidente de la pasada noche.

Hoy vamos a cazar en una finca nueva llamada “Hongonyi” que esta a 25 kilómetros.

La experiencia ha sido increíblemente positiva. Como siempre suele ocurrir, se acierta el último día de caza. El rancho esta plagado de facos, los hemos visto de todos los colores, ha disparado bastante, batiendo a tres buenos ejemplares.

Mi compañero no para de comentarme, que es esto a lo que se refería, cuando hablaba de la finca de “Zander Osmer”.

Por fin hemos podido disfrutar de un día de caza. He incluso hemos tenido la fortuna de poder ver a unos 10 metros de distancia a una pareja de leopardos.

Leopardos

30 de Julio
Hoy abandonamos Roc Safaris, rumbo a Johannesburgo. La relación Rocco esta muy deteriorada. No hemos tenido la fiesta de despedida que otorgaron a los daneses, y no me extraña. Nos acompaña al aeropuerto y con una despedida fría, le desee buena suerte.

Conclusiones de Roc Safaris
Alojamiento y comida: Óptimos. Con una pequeña salvedad, debes pagar todas las bebidas que te tomes. Aunque íbamos con pensión completa pagada. No incluye la bebida del desayuno, ni de la cena. Aspecto que me parece muy poco profesional.
Caza: En el caso de que quieras abatir una pieza concreta, séase búfalo, ñu, etc. correcto. Pero como quieras ir de facos o impalas pésimo.
Empleados: El trato excelente.
Organización: Correcta, pero el fallo de este viaje se debe a la orgánica de Gonzalo, ya que sabiendo de antemano, las demandas de mi compañero que eran: búfalo más facos e impalas. Se debía haber informado mejor de las carencias de la finca de Roc Safaris.

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Marcel

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